Los tomates también contienen un compuesto llamado “licopeno” que, además de sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes, tiene el potencial de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según las investigaciones.

Incluso sin ninguna preparación, sólo aliñados con un poco de sal y aceite de oliva, los tomates pueden resultar especialmente sabrosos.

Chiva-Blanche también señala que el licopeno es “uno de los pocos compuestos de los alimentos que se absorbe mejor si los tomates están triturados”, como en la sopa fría española conocida como gazpacho, o en otra versión llamada salmorejo, típica del sur de España, o cocido.